Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego, de silencio in- genuo, de piedras verdes en la casa de la noche, déjate caer y doler, mi vida.
Mañana en que ya no puedan encontrarse nuestros ojos y en que vivamos ausentes, muy lejos uno del otro, que te hable de mí este libro, como de ti me habla todo.