jueves, julio 05, 2012

Cojear de la misma pata



El ciego nos pidió ayuda para salir del centro comercial. Mamá le dijo que se apoyara en su hombro.
-¡Qué barbaridad, señora! ¡Usted trae cargando muchas malas vibras. ¡Trae demasiada energía! -Mamá casi se infarta al escuchar aquello-. A usted no la quieren, hay muchas personas que la odian por su forma de ser.
-Lo normal, ya sabe usted cómo es la gente...
-Esos dolores de cabeza que le dan son la envidia.
Antes de abandonar el centro comercial, regresamos por un kilo de huevos.


1 comentario:

josé manuel ortiz soto dijo...

Podemos encontrar brujas y brujos donde menos lo esperemos.

Un abrazo.