Descubrí que mi mujer era bruja cuando, por accidente, escuché una conversación telefónica con su mejor amiga: "Escribe su nombre en un papel con tinta roja, dóblalo simétricamente e introdúcelo en un vaso con agua; luego lo metes al congelador. En cuestión de días verás los resultados".
Pasaba el tiempo y no sabía cómo afrontar la realidad con mi esposa. Dispuesto a hablar con ella, me rodeó con sus brazos por el cuello y tiernamente comentó: Pronosticaron la entrada de un frente frío para hoy, deberías tomar tus precauciones al salir de casa.
Imagen: tomada de la red.
4 comentarios:
Buen micro, Lala, me has arrancado una sonrisa.
Un abrazo,
¿Cuántas brujas andarán por ahí y ni cuenta nos damos? Tal vez haya que escuchar conversaciones telefónicas.
Un abrazo.
Gracias Pedro, por la visita y el comentario :)
Manolo, seguramente caminas junto a ellas todos los días.
Saludos
Este si esta genial laliya
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