Después del diluvio nos refugiamos en aquel viejo café. Abrimos la puerta simultáneamente, sonreímos al ver nuestras ropas empapadas. Te invito un café, dije yo. Ella asintió. Estábamos destinados a conocernos.
Este micro estupendo destaca, entre otras cosas, por entregarle la historia al lector para que este decida cómo quiere completarla. En el camino logras, Diana, con una prosa muy ajustada -donde destaca la sencillez y la economía del lenguaje- activar los disparadores de la imaginación de tus lectores.
4 comentarios:
Interesante historia que deja con ganas de más.
Diana, a eso se le llama destino, y no hay manera de negarse.
Un abrazo.
Este micro estupendo destaca, entre otras cosas, por entregarle la historia al lector para que este decida cómo quiere completarla. En el camino logras, Diana, con una prosa muy ajustada -donde destaca la sencillez y la economía del lenguaje- activar los disparadores de la imaginación de tus lectores.
Gran trabajo, sin duda.
Mis aplausos.
Melvin, Manolo y Pedro:
gracias por la visita y los comentarios. Cualquier respuesta no será mejor que lo dicho por ustedes.
Abrazos
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