lunes, agosto 06, 2012

Encuentro



Después del diluvio nos refugiamos en aquel viejo café. Abrimos la puerta simultáneamente, sonreímos al ver nuestras ropas empapadas. Te invito un café, dije yo. Ella asintió. Estábamos destinados a conocernos.

4 comentarios:

Melvin Rodríguez Rodríguez dijo...

Interesante historia que deja con ganas de más.

josé manuel ortiz soto dijo...

Diana, a eso se le llama destino, y no hay manera de negarse.

Un abrazo.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Este micro estupendo destaca, entre otras cosas, por entregarle la historia al lector para que este decida cómo quiere completarla. En el camino logras, Diana, con una prosa muy ajustada -donde destaca la sencillez y la economía del lenguaje- activar los disparadores de la imaginación de tus lectores.

Gran trabajo, sin duda.


Mis aplausos.

LaLa dijo...

Melvin, Manolo y Pedro:
gracias por la visita y los comentarios. Cualquier respuesta no será mejor que lo dicho por ustedes.

Abrazos