viernes, julio 09, 2010

Sin título II

Tus ojos chispeantes al encontrarme, tan espontánea tu sonrisa y tu mejilla cálida en la despedida.
Será un misterio encontrar la respuesta a tu insistente cuestionamiento. En cada tarde lluviosa la duda nos azota, una noche fría pudo ser nuestra compañera, tal vez.

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