viernes, marzo 23, 2012

Metamorfosis




Desde que mi novia me dice gato, aprendí a maullar, mis ojos asustan a la gente y mamá reniega del pelo que dejo 
tirado por la casa






Imagen: tomada de la red

4 comentarios:

Melvin Rodríguez Rodríguez dijo...

Uuuuuuy, me daría miedo cambiar. Me recordó un cuento llamado Pequeño Mío que publicaron en un libro llamado Cuentos Breves Latinoamericanos.

Divertido.

LaLa dijo...

Melvin, comparte ese cuento tuyo, anda!!!!
Saludos gatunos!

Javier Ortiz dijo...

Vaya que si la dependencia nos puede metamorfosear.

Me gustó tu micro.

Saludos.

LaLa dijo...

Sí Javier, la convivencia puede originar esa metamorfosis y creo que todos la hemos vivido alguna vez aunque no tan radical como en el cuento.
Saludos